miércoles, 10 de septiembre de 2025

EL ASUNTO TORNASOL EN LE JOURNAL TINTIN: UN CLÁSICO IMPERDIBLE

 


Hay aventuras de Tintín que todos conocemos de memoria. Pero existen versiones que guardan una magia distinta, más inmediata, como si todavía pudiéramos escuchar el eco de las páginas semanales que atrapaban a los lectores de los años cincuenta. El asunto Tornasol es uno de esos casos.

Entre 1954 y 1956, Hergé publicaba en Le Journal Tintin la decimoctava aventura del joven reportero. Cada número era una cita ineludible: una nueva entrega repleta de espías, persecuciones, misterios y, sobre todo, la genialidad del profesor Tornasol, que había creado un invento capaz de sacudir el equilibrio internacional. En un mundo marcado por la Guerra Fría, aquella serie resonaba con una inquietante actualidad.

Leer hoy esta versión es redescubrir a Tintín en estado puro. Antes de las correcciones y ajustes que llegarían con la edición en álbum, estas planchas respiraban frescura y una cierta urgencia creativa. Es como asistir a un ensayo general antes del estreno definitivo: hay detalles, matices y un ritmo que nos transportan al instante en que Hergé imaginaba y dibujaba, semana tras semana.

Por eso este Tornasol publicado en Le Journal Tintin no es solo una curiosidad bibliográfica. Es un documento histórico que nos permite acercarnos al proceso creativo de Hergé y entender mejor cómo evolucionó una de sus obras más políticas y maduras. Una ventana abierta a la cocina del maestro, donde humor, crítica social y tensión internacional se mezclan con el arte de la línea clara.

Releerlo es, en definitiva, revivir la emoción de aquellos lectores de los años cincuenta que descubrían, por primera vez, que el bonachón profesor Tornasol podía convertirse en pieza clave de una partida de ajedrez entre potencias rivales.


Características:

Título original: L’Affaire Tournesol
Primera publicación: Le Journal Tintin (15 de diciembre de 1954 – 22 de febrero de 1956)
Álbum: Núm. 18 de Las Aventuras de Tintín
Autor: Hergé (Georges Remi)
Contexto histórico: Guerra Fría, años 50


PVP: 19,50€






lunes, 1 de septiembre de 2025

TINTÍN Y LOS PÍCAROS: DICTADORES DE OPERETA Y GUERRILLEROS DE CARNAVAL

La prestigiosa revista GEO Histoire ha dedicado recientemente un artículo titulado “Tintin et les Picaros: les dictateurs d’opérette et joyeux guérilleros d’Hergé”, donde se analiza con lucidez e ironía uno de los álbumes más políticos y discutidos de la saga: Tintín y los Pícaros (1976).



Este volumen, a menudo subestimado, no solo marca el cierre de la serie, sino que también refleja el desencanto de Hergé con los grandes relatos de héroes y revoluciones. A través de parodias de dictadores latinoamericanos y guerrilleros ineficaces, el autor crea una sátira mordaz sobre el poder, la propaganda y la ilusión del cambio.


Dictadores caricaturescos y rebeldes caóticos

El general Tapioca, gobernante de la ficticia San Theodoros, es el prototipo de dictador de opereta: autoritario, narcisista, y tan ridículo como temido. Inspirado quizás en figuras reales como Trujillo o Stroessner, su imagen pomposa y sus delirios de grandeza (como rebautizar la capital con su propio nombre) reflejan la teatralidad de muchos regímenes militares del siglo XX.


Frente a él, su eterno rival, el general Alcázar, lidera una guerrilla que más parece un grupo de aficionados al carnaval que revolucionarios eficaces. Beben demasiado, se desorganizan con facilidad, y necesitan el ingenio de Tintín para lograr siquiera un golpe de Estado sin bajas.

Hergé, con su aguda observación, no retrata héroes, sino máscaras. El cambio de régimen al final del álbum es solo cosmético: el pueblo sigue igual, los turistas regresan, y nada esencial se ha transformado.



Crítica velada a la televisión y al turismo de masas

Uno de los gags más ingeniosos del álbum lo encontramos cuando el capitán Haddock insulta al general Tapioca a través de una pantalla de televisión. La viñeta utiliza una deformación visual casi surrealista, con Tapioca saliendo del monitor como una figura grotesca.


En otra escena, una caravana de turistas vestidos con camisas hawaianas, gorras absurdas y cámaras colgando, desfila por las calles de San Theodoros como si formaran parte del decorado. Con esto, Hergé introduce una crítica ácida al turismo masivo, banalizador y superficial, que invade territorios sin comprender su cultura ni su historia.


Entre el idealismo y el desencanto

Tintín y los Pícaros no es solo una aventura exótica más. Es una obra de madurez, irónica, lúcida, donde Hergé se permite mirar el mundo con escepticismo, pero también con humor. Ya no hay héroes puros ni revoluciones redentoras, sino un desfile de personajes atrapados en sus propios roles: militares megalómanos, rebeldes agotados y un reportero que asiste a todo ello con silenciosa distancia.

El artículo de GEO Histoire acierta al recordarnos que este álbum, lejos de ser menor, es un cierre reflexivo a una saga que empezó con entusiasmo juvenil y termina con inteligencia crítica.


Aquí ----> Artículo original de GEO