Pigmeos, sioux, tibetanos, gitanos o jíbaros... Hergé dio a Tintín la posibilidad de conocer gente de todo el mundo en sus aventuras, momentos únicos para acercarse a las tradiciones y costumbres de otros pueblo, extraños o familiares. Una vez más, GEO nos permite redescubrir la riqueza de las civilizaciones mediante los álbumes de Las aventuras de Tintín, una visión paralela de la realidad actual respecto de la visión de Hergé.
Tintín o la posibilidad del Otro
Nada lo detiene nunca. Sin familia, sin hijos, sin nadie a quien rendir cuentas, sin trabajo oficial (es un reportero que en raras ocasiones publica artículos), Tintín es la fluidez, el movimiento, el encuentro. Todo ello, impulsos que le dan la fuerza y el deseo de mundo.
Así como en los primeros álbumes, el encuentro con otros es expeditivo, a mediados de la década de 1930 se produce un cambio de estilo y de ritmo con El loto azul. A partir de ese momento aparecen lágrimas de compasión en muchos casos, los débiles se unen contra los malvados, la generosidad enfrenta la avaricia, la justicia contra la corrupción y la intolerancia... Recordemos a Chang necesitando un rescate (Tintín en el Tíbet), a Zorrino defendido de los golpes de y burlas de un colono racista (El templo del sol), la necesidad de cariño de Abdallah que se esconde detrás de sus malos modales (El país del oro negro). Incluso vemos a nuestro héroe de corazón puro confraternizando con todo tipo de personajes necesitados de ayuda en las más curiosas situaciones, otorgándoles una confianza ciega.
Con la excepción de lo primeros álbumes, Tintín no es prisionero de sus prejuicios. Mientras el capitán Haddock expresa su ira con su jerga de marinero amante del whisky, los detectives Dupond y Dupont se enredan en su tartamudeo y el profesor Tornasol se enfrenta al mundo con su aire distraído, entre bobo y brillante, Tintín permanece libre de rasgos psicológicos. Elegante, agudo y claro como la línea que lo dibuja, se mantiene siempre del lado de la bondad; y ante la gran diversidad de personajes de la comedia humana nos encontramos junto a él, con su cara simplificada como espejo.
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