jueves, 7 de octubre de 2021

LA CHINA CONOCIÓ A TINTÍN Y AHORA DESCUBRE A HERGÉ EN UNA EXPOSICIÓN EN SHANGAI

Desde principios de agosto de este año, Shangai ha sido sede de la exposición más grande jamás celebrada en el mundo sobre Hergé. Un éxito que, sin embargo, evita cuidadosamente mencionar a "Tintín en el Tíbet".

Philippe Wang es un empleado feliz. Apasionado de Tintín desde la adolescencia, ahora es el único representante de Moulinsart en China. "Mi profesor de francés me presentó a Tintín en el Congo en 1984. Tenía unos diez años, nunca había visto africanos en mi vida y nunca había salido del país. Las aventuras de este reportero fueron realmente una ventana al mundo" explica este perfecto francófono en una café de Shangai.

Philippe Wang, que nunca dejó de acercarse a Bruselas, cuando viajaba a París por trabajo, y de visitar la boutique Tintín, fue contratado por Moulinsart en 2006. Primero tradujo al chino la versión francesa de la web www.tintin.com, donde se explica cada álbum -"dos años de trabajo", rebela-, y también ofreció conferencias en muchas escuelas del país, abrió dos tiendas online y en 2019 una tienda THE TINTIN SHOP en el corazón de Shangai.

Como símbolo de este dinamismo, la exposición se ubica en la Power Art Station, una antígua central eléctrica convertida en un museo de arte contemporáneo preparada, según los organizadores, para recibir 150.000 visitantes en tres meses.

En ella se pueden ver numerosos originales de Bruselas que muestran el verdadero "trabajo de relojería" de Hergé y sus colaboradores, también se pueden visionar varios documentales que rinden homenaje a su talento visionario y destacan sus dotes como publicista. La exposición es un auténtico éxito.

"Son 1.600 metros cuadrados, un 25% más que en la exposición organizada en el Grand Palais de París en 2016. Me habría gustado llamarla "Hergé" porque sobretodo quería rendir homenaje a este gran pintor que sufrió por no ser reconocido como un artista de pleno derecho, pero los responsables del museo insistieron en que "Tintín" apareciera en el nombre de la exposición. Por eso el nombre definitivo es "Tintín et Hergé", explica.


En China Tintín (DingDing) también es una estrella

Tintín tiene sus admiradores en China. Generalmente hombres cultos que se juntan de vez en cuando para estudiar un tema en particular: "Tintín y China", "Tintín y el automóvil", etc. Pero gracias a Philippe Wang, entre estos admiradores ahora también se encuentran estudiantes de origen modesto. "Envié álbumes de Las aventuras de Tintín a las escuelas de Henan, una provincia pobre donde los abuelos crían a los niños porque los padres se han ido a trabajar a la ciudad. A los niños les encantó la historia de este reportero cuya familia se desconoce. Cuando estuve allí unos meses después, un estudiante había leído todos los álbumes diez veces. Los valores que transmite Tintín, coraje, aventura, amistad... son universales y, por eso, atraen a los chinos" Se regocija este tintinófilo.



"El loto azul", el álbum más popular

Desde las primeras traducciones oficiales, hace apenas veinte años (anteriormente Las aventuras de Tintín circulaban "bajo el manto") se han vendido quince millones de álbumes en el Reino Medio.

Los chinos pueden elegir entre un tamaño cercano al original a 23 yuanes (3€) cada uno, o un tamaño más pequeño a 15 yuanes. "No parece mucho, pero recuerde que muchas familias compran la colección completa" dijo Philippe Wang al principio. De hecho, todos los álbumes se han traducido al chino, con la excepción del primero, Tintín en el país de los soviets, demasiado comunista para pasar los controles de censura.

El álbum estrella en China es, por supuesto, El loto azul, que se sumerge en el Shangai de los años 30, dominado por los japoneses y occidentales malvados, codiciosos y racistas.

La exposición le dedica una sala en exclusiva, donde el visitante conoce a Tchang Tchong-jen, un joven shangainés que fue enviado a estudiar bellas artes en Bruselas en 1934 y se convirtió en un amigo íntimo y valioso consejero de Hergé. Es para rendirle homenaje que el dibujante le convierte en un simpático huérfano al que Tintín salva de ahogarse en El loto azul, Tchang. ["También le debo una mejor comprensión del significado de la amistad, el significado de la naturaleza. (...) Puedo ver lo importante que fue Tchang en el desarrollo de mi trabajo. Y en mi muy corta evolución", dijo Hergé en 1971].


Sin casi rastro de Tintín en el Tíbet

Por otro lado, en la exposición apenas hay rastro de Tintín en el Tíbet, obra publicada en 1960, justo después de la anexión del Tíbet por China. Si bien Hergé se abstuvo de hacer cualquier referencia política, su énfasis en el budismo probablemente sólo atrae moderadamente a los líderes comunistas. "La exposición comienza en 1960 con una presentación de Hergé y su gusto por el arte contemporáneo y se remonta a 1920", explica Philippe Wang, si ser demasiado convincente.

Sobretodo porque el motivo del viaje del periodista al Himalaya, la búsqueda de su amigo Tchang, desaparecido en un accidente de avión, es en parte biográfico. Pero Hergé tardó años, en medio de la Revolución Cultural, en encontrar a su amigo. Su encuentro en Bruselas en 1981 no fue tan cálido que se esperaba. Según algunos biógrafos, los dos viejos amigos no estaban de acuerdo en la cuestión tibetana. Aunque era católico, Tchang defendía la anexión del Tíbet por parte de China, mientras que Hergé lo discutía. Sin embargo, tres de los hijos de Tchang viven ahora en Europa y su hija menos es empleada en Moulinsart. Círculo completo.


Traducción de la entrevista que Fréderic Lemaître hizo a Philippe Wang para Le Monde, el 28 de septiembre de 2021.


No hay comentarios:

Publicar un comentario